HAY QUE CUIDARSE



Cangas del Narcea tiene un futuro muy negro.A la silicósis antracitera que padece el enfermo concejo,la combate la Federación Socialista Asturiana con recortes salvajes en los medios facultativos.Además de castigar al pueblo cangués con métodos dignos de la mafia calabresa por meros intereses particulares y partidistas,echándose atrás en la construcción del tan esperado centro de la Salud de la Cortina,instalan ahora dicha unidad en el cuarto de los ratones del hospital Carmen y Severo Ochoa.
Por si fuera poco,nos enteramos hoy que en cuanto la autovía llegue a la Espina para virar inexplicablemente al Norte alejándose burlonamente del Suroccidente,los servicios que ofrece el hospital comarcal,ubicado en Cangas se ve que en tiempos de necios,se verán drásticamente reducidos a sacamuelas y estirpaquistes.No habrá posibilidad de sobrevivír a una complicación seria de la salud si no es uno de Tineo p'allá.A los tinetenses se les integrará en el área de salud central y tendrán sus especialistas en Oviedo,ya que se tardará práticamente lo mismo en llegar a Oviedo que a Cangas.El hospital que lleva el nombre de un Nobel de medicina asturiano,verá reducido su número de camas de 103 a 81,y,alucinen señores,especialidades tan vitales como cardiología,neumología,nefrología o digestivo,serán tratadas a partír de ahora vía telefónica o video-conferencia,y en otros casos con visitas periódicas de especialistas desplazados desde Oviedo a tal efecto.
Es decír,podrá encontrarse usted,cangués,un día en el dilema de si contratar un seguro privado,cosa que no le va a acercar a ningún hospital,o contratar una tarifa plana,por si le tienen que operar vía telefónica no le mate a usted la factura que le pase su compañía.
Porque claro,esa es otra,habrán previsto que la operación-llamada corra a cuenta del enfermo.
Y mientras me sigo preguntando hacia dónde desvían lo recaudado por litro de saludable-gasolina consumida por los asturianos,les recomiendo,paisanos míos,que se cuiden,cuiden mucho su salud no vayan a necesitar de éstos para seguír viviendo.